¿Qué es ser una persona apátrida?

Todos damos por hecho que, solo por haber nacido, ya pertenecemos a un país y, por lo tanto, tenemos una nacionalidad: a continuación, vamos a ver qué es una persona apátrida, y a analizar las ocasiones en las que no ocurre algo tan simple y obvio.

Indice de Contenido

• Qué es ser apátrida
• Cómo se adquiere esta condición
• Qué implica ser una persona apátrida
• Pérdida de derechos fundamentales
• Falta de oportunidades laborales
• Privación del derecho de sufragio
• Privación de exequias funerarias
• Riesgo de transmisión de la apatridia a sus descendientes

Qué es ser apátrida

Se dice que una persona es apátrida cuando carece de nacionalidad, es decir, que ningún Estado le reconozca como uno de sus ciudadanos; por consiguiente, no se puede acoger a la legislación de ningún país.

En consecuencia, el significado de apátrida es el que designa a una persona que no pertenece a ninguna nación y, por lo tanto, no tiene ninguna nacionalidad; en general, cualquier persona que no pueda demostrar su vinculación con un estado, está en riesgo de ser apátrida.

Sin embargo, es importante saber que no contar con documentación no implica ser apátrida; no ocurre lo mismo con las partidas o certificados de nacimiento, que son los documentos mediante los cuales los ciudadanos pueden justificar su vinculación con un estado.

Cómo se adquiere esta condición

Esta situación nos puede chocar mucho porque apenas existen las «tierras de nadie»: siempre hay un país soberano para cada uno de los territorios del planeta. Entonces, ¿cómo se puede ser apátrida? La respuesta está en las leyes de cada país.

• Ciertas leyes pueden discriminar a grupos enteros de personas por motivos de raza, etnia, religión, género o lengua; una persona que pertenezca a uno de estos grupos puede adquirir la condición de apatridia.
• Dichas leyes también pueden cancelar la ciudadanía y no permitir adquirirla de nuevo, por ejemplo, por haber nacido en un país extranjero, por haber vivido mucho tiempo fuera del país propio, o los casos de niños que se quedan huérfanos sin haber “heredado” la nacionalidad de sus padres (o cuyos padres también fuesen apátridas).
• Las modificaciones de fronteras y la aparición de nuevos estados pueden dejar a ciertas personas sin su nacionalidad, en especial si pertenecen a minorías étnicas, o si las nuevas leyes determinan que la nacionalidad solo puede adquirirse por herencia directa.

Qué implica ser una persona apátrida

Pérdida de derechos fundamentales

No pertenecer a ningún estado tiene una consecuencia grave en cuanto a derechos básicos se refiere: por ejemplo, una persona apátrida no tiene acceso al sistema sanitario de ningún país (ni tan siquiera del de su país de nacimiento), ni a educación ni a ningún sistema social público (como son nuestra Seguridad Social, Servicio de Empleo, Hacienda, etcétera).

Falta de oportunidades laborales

Al no poder ser inscritas en las entidades públicas que regulan el empleo, una persona apátrida tendrá muy complicado acceder a un puesto de trabajo, con independencia del país en el que lo solicite; de hecho, esto puede suceder aunque tuviese estudios académicos y experiencia laboral en cualquier otro territorio, obtenidas antes de su condición de apatridia.

Privación del derecho de sufragio

El derecho a voto es uno de los logros más importantes que las sociedades han obtenido; las personas apátridas no pueden ser censadas, por lo que no pueden participar con su voto en ningún proceso de elección de representantes políticos, ni de su país de origen ni del de residencia.

Privación de exequias funerarias

Otra consecuencia de no poder ser censado y de no disponer de una partida de nacimiento, es que ninguna autoridad estatal podrá firmar un acta de defunción cuando esta persona fallezca; esto significa que las personas apátridas podrían incluso carecer de la dignidad de un funeral, y no poder recibir sepultura o incineración de forma oficial.

Riesgo de transmisión de la apatridia a sus descendientes

Aunque lo hemos mencionado antes, esta es una de las consecuencias más comunes y graves que tiene la apatridia: cuando una persona es apátrida, es muy probable que sus hijos también lo acaben siendo. Además, existen países cuyas leyes impiden que las mujeres transmitan su nacionalidad a sus hijos, reservando este derecho solo a los varones: si el padre de familia es apátrida y fallece, los hijos no podrán recibir la nacionalidad de su madre.